Como contamos en el último post, estamos en procedimiento de cambiar
nuestras suspensiones por unas roscadas de mayor dureza. Y como estamos metidos
de lleno en el proceso, nos tomamos el lujo de explicaros como se cambian las suspensiones.
Nuestro paciente es el de costumbre, la pelotilla voladora, pero para
la mayoría de coches el proceso es el mismo o muy parecido.
Va a ser un post bastante corto, ya que el procedimiento no es muy
complicado, pero esperamos poder aportar luz a quien no termine de atreverse a
ello.
Empezando por las suspensiones delanteras, levantamos el coche y
quitamos las ruedas. Una vez sin ruedas, vemos que la suspensión se sujeta con
la dirección a través de dos tornillos pasantes, con su tuerca. Con una llave
aguantamos por un lado y con el otro destornillamos la tuerca sacando por
completo los dos tornillos pasadores (ahí la ayuda de un colega será de
agradecer si las suspensiones no se han tocado en años). Los tornillos son los
siguientes:
Imagen 2. Vista de la sujeción
inferior de la suspensión delantera
Una vez hecho esto, ya la tendremos suelta de abajo. A continuación,
abriendo el capo, veremos dos tuercas más pequeñas que las sujetan de arriba.
Una vez quitadas esas tuercas, la suspensión ya está libre, con un poco de
cuidado la podemos quitar y colocar nuestra suspensión nueva. Si solo queremos cambiar el muelle, necesitaremos un compresor de muelles, pero
no es nuestro caso. Aquí podemos ver las dos tuercas de “arriba”:
Imagen 3. Vista de la sujeción
superior de la suspensión delantera
Decir que al meter las suspensiones nuevas, los tornillos de abajo hay
que atornillarlos muy fuerte, en cambio, los de arriba no tanto (unos 30 Nm,
que como no tendréis ni idea de cuánto son 30 Nm las atornillareis fuerte como
hicimos nosotros “por si acaso”).
Vamos a la parte trasera del coche. En este caso, en nuestro coche
(como muchos otros) la suspensión va separada del muelle, pero esto no representa
ningún problema.
En las de detrás, es muy importante que destornillemos las tuercas
superiores antes de levantar el coche, ya que es lo que sujeta el puente
trasero. Por lo tanto en primer lugar sacamos la tuerca que las sujeta de
arriba. En vuestro caso, previamente tendréis que quitar unas tapitas del maletero
que os permitirán acceder a la tuerca. En nuestro caso, como nuestro Corsa está
a dieta, no ha hecho falta. Lo dicho, quitamos la tuerca:
Imagen 4. Vista de la sujeción
superior de la suspensión trasera
Una vez sacada la tuerca, retiramos la chapita y la goma que se
encuentran debajo (como podemos observar en esta foto de alta calidad).
Una vez hecho esto, ya podemos levantar el coche. Veremos cómo se levanta el coche y el puente
trasero se queda abajo (nosotros le pusimos unos tochos de madera para que no
tocara el suelo y así evitar que baje tanto).
Cuando tengamos el coche levantado, veremos que el muelle (espiral de
color rojo de la imagen) cae solo, o con un ligero golpecito. Así que ya
podemos meter el muelle nuevo.
Para acabar de quitar el amortiguador, tenemos que quitar el tornillo
pasador que lo sujeta por debajo (sin tuerca). Este sí que está realmente duro,
y en nuestro caso nos sirvió de ayuda un tubo de hierro de más o menos un metro
de longitud para hacer palanca, ya que si no nos era imposible. El tornillo
pasador es el siguiente:
Imagen 5. Vista de la sujeción
inferior de la suspensión trasera i el muelle (que no va fijado a nada)
Con el amortiguador fuera, toca montar el nuevo. Primero el tornillo de
abajo, también muy fuerte y para la zona de arriba, vamos bajando el coche
procurando que la parte superior de la suspensión coincida con el agujero en el
cual estaba. Una vez dentro del agujero colocamos otra vez la gomita, la chapa
y finalmente la tuerca (tampoco a mucha presión).
Con esto ya tendremos las suspensiones de nuestro coche montadas. Que
en nuestro caso, nos cambió notablemente el comportamiento del coche dándonos
una seguridad en curvas que no nos hubiéramos imaginado que tendríamos, os lo
aseguro.





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